martes, 24 de marzo de 2009

LA HERMANA PEQUEÑA


Si Asturias es la hija predilecta, la querida por todos, a la que se perdonan las travesuras. Cantabria es su hermana pequeña. Cierto es cuando los cántabros comentan que Santander y Cantabria son dos cosas diferentes, doy fe, y lo mejor de ello, es que Cantabria deja a Santander a la altura del betún, pese a la belleza de la ciudad costera y de agrio carácter. A mí me conquistan por el cuajo y Cantabria también lo tiene, no tanto como Asturias pero no nos podemos quejar: anchoas, queso, chocolate, orujos, sobaos, quesadas.... y un no parar. En una rápida visita estuvimos en Sarón, pueblo con muchos servicios y muy moderno en cuanto a estructura; Selaya con la fiesta de los viernes y la confrontación "vaqueros" Vs Juventud de curiosa disyuntiva; Comillas con la belleza de una ciudad con marqueses, casco viejo y playas; Santillana del Mar, con una colegiata que vale su peso en oro aunque excesivamente turístico; Suances, demasiada segunda vivienda y error al ver la playa deseada (marcar las direcciones no son lo suyo)... Para terminar en Solares ¿cuándo acabaremos con el suplicio snif snif) y Liérganes, una belleza medieval que no conocía y que recomiendo su visita pues merece la pena.

Una vuelta por la cantabria rural que pretendo repetir no tardando.

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