lunes, 30 de agosto de 2010

LA LÁGRIMA DE CANDÁS II

Es un lujo tener a nuestra disposición tanto la tierra candasina como a las amistades candasinas. ¿Qué he hecho yo para merecer ésto? como diría aquel. La próxima vez que me acerque para allá voy a tener que pensar en cogerme una semana o así, porque es imposible en un fin de semana hacer todo lo que uno quiere, y es que Candás y sus gentes nos ofrecen decenas de cosas para disfrutar. Nuevamente nos hemos quedado sin el partido de fútbol-playa, esta vez por motivos laborales mejor dicho. Si no está Medina, lo siento pero no juego. Es la salsa del juego.

La hospitalidad de 20 gracias al "trio calatrava". Lo siento pero no os puedo separar, porque si no es uno, es el otro y si no, la cocinera. Con la presencia de buen verdejo y de la cecina pudimos comer plácidamente en casa. Y es que esta vez hemos vivido más de tarde y de noche que de mañana, que nos servía para levantarnos alegremente y a una hora prudencial.

Espectacular los momentos de filosofar entre los hombres, por la madrugada candasina. Con unas copas, es como mejor salen las palabras y los argumentos. Tienes toda la razón, periodista, el Karma tiene un punto de credibilidad que le debemos otorgar.

El Nenos, el paseo por la costa, el helado de Arroz con Leche, la cena en el Doménico.... se está convirtiendo en tan tradicional y necesario como el discurso navideño del rey. Esta vez no hubo preñado, tampoco mi colesterol me lo permite, pero hubo viaje en FEVE y paseo por Gijón, que hacía tiempo no andaba tranquilamente por el centro de Gijón. Lástima que estuviera lleno de gente, en parte por la Feria de la Sidra. Hay documentación gráfica al respecto y muy gracioso.

Nuevamente se produjo la LÁGRIMA DE CANDÁS, como bauticé el año pasado (leer artículo), la diferencia respecto a éste, es que ya estamos planificando el próximo mes de octubre y se afianza la amistad y los lazos humanos.

Por si alguien no lo conoce, le recomiendo que visite Candás, en Asturias y trate con sus gentes. A mí ya me tienen ganado y desde luego, con unos amigos cuya amistad se está forlaleciendo.

viernes, 27 de agosto de 2010

HISTORIADORES LOCALES


El año pasado, como muchos sabeis, la Diputación me publicó un libro sobre la Historia de Moraleja de las Panaderas, tras cinco años de investigación. Un pueblo de 46 habitantes empadronados pero que dio un ejemplar de 226 páginas. No era el mejor momento pero había que aprovechar el tren que pasaba. Sigo investigando para crecer y conocer mejor todo lo que rodea al municipio.

En fechas recientes, he leido cómo un vecino ha presentado un libro sobre Quintanilla del Molar, pueblo que precisamente conozco por amistades. Por un lado me deja orgullo por lo que he logrado conseguir en mi pueblo y por otro resignación por lo que hemos llegado unos y otros. Asombrado leo cómo no puede escribir una historia del pueblo porque no ha encontrado documentación suficiente en los archivos (leer artículo). ¿Dónde ha mirado? Os seguro que documentación existe, pero hay que moverse. En los pueblos pequeños investigar es muy jodido pero hay que moverse, buscar, rastrear, preguntar. Nadie te entiende y te verán como un loco pero la satisfacción personal es enorme.

Es gratificante que un pueblo reconozca el trabajo de un vecino en la promoción del pueblo, de hecho, Eladio ha sido nombrado hijo adoptivo y a su vez, tiene un parque a su nombre (leer artículo). Todo esto viene por la publicación del libro.

¿Por qué comento esto? Cuando publiqué mi libro, todo el pueblo estaba superencantado, aunque previamente muchos no sabían ni quien era. El alcalde, en plena vorágine de la alegría, llegó a comentar a mi familia que había que hacer algo, ponerme el nombre de una calle, o algo, que ya se hablaría. El tiempo ha dejado en el aire estas propuestas.

En cuanto pueda echaré un vistazo al libro en cuestión, pero es curioso leer que no hizo un libro de historia porque apenas había 20 páginas, cuando he estado cinco años rastreando, investigando y sacando documentación de varios archivos para que no se pierda el recuerdo de un municipio, el mío, con más de ochocientos años de historia. ¿Por qué se minusvalora la historia local? Porque no se afronta con profesionalidad o conocimiento y nos meten a todos en el mismo saco, injustamente todo sea dicho.

En cada sitio se valora el trabajo de forma diferente, es respetable y entendible. Es más, creo que se hubiera merecido mucho más la distinción mi abuelo, que hizo de todo por el pueblo o mi tio-abuelo que también colaboró en muchas actividades y cargos. Yo solamente he recuperado la historia del pueblo en homenaje a los míos. Eso si, el gesto me hubiera emocionado, más por mi gente, mi familia "Velasco" que por mí propio. Las palabras se las llevaron el viento, pero mi homenaje hacia mis antepasados, ahí quedan para siempre, emotivamente en mi libro.