sábado, 27 de abril de 2013

PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO

"Es hermoso, aunque sea fiero, Poderoso caballero es don Dinero". Extraído del famoso poema de Francisco de Quevedo y Villegas.

¿Hasta qué punto el ser humano se prostituye por dinero?¿Dónde están los límites en las negociaciones económicas?¿El dinero es un bien necesario o un mal endémico?

Uno de los principales factores que mueven el mundo es la economía. Por suerte o por desgracia, y bien lo conocemos los españoles, el dinero es fundamental para la actual organización social de la humanidad. Atrás quedaron los tiempos del trueque o el pago en especie, aunque es una fórmula que está volviendo a aparecer y no se descarta que se tome con más fuerza.

Según la RAE, el dinero es "moneda corriente". Una definición simple a la par que concreta. Pero, ¿Qué lleva tras de sí el dinero? Intereses, traiciones, corruptelas, ambiciones... todo un sin fin de aspectos vinculados con el dinero, que en mayor o menor medida aparecen según la mentalidad de las personas que son protagonistas e intermediarios de este "trozo de metal".

En el franquismo, era común ver en los pueblos cómo los hombres fundamentalmente, tenían las carteras llenas de billetes y se ataban con gomas para no perder el dinero. Este método se utilizaba fundamental en las transacciones ganaderas y agrícolas. Aparte de ello estaba el dicho "debajo de la baldosa", ya que era usual esconder el dinero en algún lugar recóndito de casa, para tener el dinero accesible, sin tener que guardarlo en una entidad bancaria (antiguamente no había tanta presencia de bancos ni estábamos todos tan vigilados como en la actualidad).

Haciendo un ejercicio de reflexión me surgen diferentes dudas sociológicas al respecto: ¿hasta qué punto el ser humano se prostituye por el dinero? ¿Hasta qué punto el ser humano cambia su escala mental por este preciado bien? ¿Qué importancia tiene el dinero en la escala de valores humana? ¿Qué valor tiene el dinero en las relaciones humanas?

Quiero pensar que la respuesta de estas preguntas no debe ser la mediocridad del ser humano, que hay otros valores intrínsecos en la condición humana por encima de la económica, que se prime el honor, la lealtad, la bondad. Según con quién te enfrentes o según en qué condiciones, aparece como actor principal o secundario. 

El tiempo pone a cada uno en su sitio y la historia dictará su sentencia.


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