sábado, 1 de noviembre de 2008

BARCELONA (GIULIA Y LOS TELLARINI)


La última película de Woody Allen tiene calidad, como todo lo que hace. Un mago del cine, aunque a veces (para mi gusto), peca de historias enrevesadas y liadas de personajes. Esta vez, los escenarios principales se rodaron en Barcelona, salvo unas migajas que fueron en Oviedo y Avilés.
Como de cine no es que entienda demasiado y mi elección de películas es curiosamente significativa me voy a centrar en el lugar principal, Barcelona.

Barcelona es una de las ciudades más bonitas e impactantes de España. Tiene algo que la diferencia respecto a lo que estamos acostumbrados a vivir, y por supuesto a Madrid. La cercanía del mar, la mentalidad que se nota incluso en el arte, el barrio gótico, las gentes... (quitando la política y la lengua). Desde el punto de vista del Arte, lo explotan mucho mejor que nosotros. Eso sí, discrepo totalmente de su "Sagrada Familia" a la que considero una obra de arte normal y ellos lo tienen como símbolo de Barcelona. De Gaudí me quedo con los Caprichos de Comillas, o el Palacio Episcopal de Astorga, y desde luego no la veneración sobre una obra inacabada.

Barcelona tiene un encanto que lo diferencia de la mayoría de ciudades españolas. No digo europeas pues sólo conozco París y no es plan ir de erudito cuando no sabes. Lo que sí es cierto es que volveré algún año (¿verdad Manolo?) a visitar la ciudad, a la que me une un lazo personal, con un punto neurálgico: la plaza de Cataluña.

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