
De por sí, con dos litros de agua al día (les faltó darme la sonda), una hora de paseo diario, leche desnatada y sacarina, como principios básicos. A partir de ahi, el menú diario, cinco comidas, y mientras que la semana pasada las verduras fueron el pilar, en ésta, es la fruta.
Por lo pronto tres kilos menos en el zurrón, aunque mi objetivo está lejos.
¿Sacrificado? Pues uno se hace a la idea así que lo tengo asumido. Eso sí, ya en diez días, he visto pasar delante de mis narices sin tener opción a probar: bocata de tortilla española o su variente en forma de tapa, alubias, chuletillas, ponche segoviano, chocolate, refrescos, copas y buñuelos. Demasiados manjares que me he visto privado por lo posesiva que es mi nueva amiga.
De carácter normalmente bien, salvo en el momento que me hablan de comida o llega el momento, que mi interior se rebela ante la nueva situación. Sí, lo sé, es mejor para mí, pero jode, vaya si jode.
Pero bueno, han sido muchos años disfrutando así que ahora toca reorganizar mi estructura alimenticia, acorde a los tiempos. Ya comenté que eran momentos de cambios y desde luego, mi web da fe de ello. Eso sí, no serán los últimos, tiempo al tiempo.
1 comentario:
Pensaba que hablabas de Rexona (por eso de que no te abandona...) Pues sí, cuesta pero debes saber decir que NO, así que tendrás que hacerte amigo de las verduritas hervidas que están muy ricas. Mucho ánimo!
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